Toda actividad humana repercute en la naturaleza.
Como
sostiene una fuente consultada: La tala de bosques es de una gravedad enorme porque es donde se puede visualizar, a corto plazo, el impacto en el ambiente.
Los pueblos se
inundan, los tapa el barro y desaparecen muchas especies. los daños son irreparables.
La deforestación de
los bosques nativos, la extracción del gas y de petróleo
mediante procesos tóxicos, la contaminación de los ríos, los
incendios accidentales y los naturales, la megamineria a cielo
abierto, el estado de los glaciares, todo conlleva a
consecuencias
a corto y largo plazo para todos y para las
próximas generaciones.
Uno de los casos es el incendio
que se produjo en el mes de septiembre de este año en los valles
de Punilla, Paravachasca y Calamuchita en la provincia argentina de Córdoba.
Alrededor de 40,000 hectáreas con bosques y pastizales sufrieron
el fuego, dejando también sin hogar a sus pobladores y
exterminando lo que encontraba a su paso.
Son varios los
factores que se desprenden de estos acontecimientos:
las sequías secan a las plantas y son altamente inflamables, sumado los
fuertes vientos y a la quema por parte del hombre y del calor.
Los testimonios de los pobladores cordobeses hacían referencia a que no se encuentran ni árboles ni plantas que funcionen como barreras naturales, lo cual podría menguar el
fuego.
Se trasplantaron pinos en lugar de mantener la especie
ubicada en los espacios. Es lo que se menciona tanto para los
incendios como para las inundaciones que azotan en las diversas
zonas del país.
Se vuelve imprescindible hablar de políticas ambientales a nivel nacional para preservar el ecosistema, y para
no lamentar tan terrible desastre con tantas victimas humanas, animales y vegetales.
Damián Profeta.
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